Propongo que este fin de año, no realicemos regalos costosos, ni convivíos,
pensemos en los que no tienen, en quienes en toda su vida no les han celebrado
el gran don de la vida. Por que para ellos que no tienen nada, ni para comer,
muchos menos para celebrar. ¿Celebrar qué?.
He tenido muchas experiencias con gente de escasos recursos, que cuando
lo miran a uno angustiado, o con problemas de movilidad, son los primeros en
brincar y ayudarlo a uno a pararse.
Ho simplemente se ponen a la par de uno para protegerlo, por que ellos
conocen quienes son los malandrines, ladrones para evitar que nos roben nuestra
bolsa de medicinas al salir de la consulta médica, o que nos causen algún daño.
Otra experiencia en la gran espera de la farmacia en el Instituto
Guatemalteco de Seguridad Social IGSS, hablaba con mi hija por el celular, ya era tarde. Y le decía hay mija si me vine
sin merienda ni almuerzo, porque esperaba salir temprano, y me muero de
hambre…para ese entonces yo aún estaba bien con el Lupus no se me había
complicado con la osteoartrosis, menos con la locomoción.
Al despedirme de mi hija. Se volteo una señora y me dijo las acabo de
lavar con agua pura, yo ya me comí el pan con frijoles que traía. Tómelo usted
por favor. Se lo agradecí y le dije que
compartiéramos las uvas, que eran muchas. Solo deme dos y si usted desea compártalo con quien desee. Esta persona era humilde, me contó que estaba
trabajando en una casa y que su patrona no le aumentaba el sueldo, pero que la
había inscrito para que tuviera atención médica en el IGSS. Y las uvas donde
las compro? Bueno eran para mi patrona, pero ella siempre come muy bien, ya
comprare en casa otra fruta para darle.
Otra situación: fue el de una de las señoritas que hacen limpieza, que
cuando me vio en silla de ruedas, me dijo la ayudo, no le dije no se preocupe,
yo puedo. No me respondió ella, si a mi nada me cuesta llevarla a farmacia y
hay ventana especial para ustedes. Espero a que me dieran mi número de espera,
y me ofreció un vaso de agua, tómeselo se le nota muy cansada. Le agradecí de
nuevo y le dije: que Dios la bendiga señorita, a lo que ella respondió créame
ya lo ha hecho, al permitirme ayudarla a usted.
Doy gracias a Dios por ponerlos en mi camino, por que me doy cuenta
cuan generosa ha sido mi vida, todo lo que he poseído.
Ellos los que no tienen nada, son más generosos que los que si
tienen.
Alguien me dijo lo siguiente: “NUNCA MIRES A NADIE PARA ABAJO. SÓLO QUE
LO ESTÉS AYUDANDO”.
Besos mis amores lindos, es más gratificante el dar que esperar que le
den a uno. Acuérdate siempre de decir Gracias a todas las personas que nos
ayudan en el día a día. Gracias doy por que recibiste este mensaje. Abrazos.
Escribió: Karin Lange
Psicóloga y Terapista Ocupacional y Recreativa.
Guatemala 7 de noviembre 2014.
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